Esta pregunta vino a mi corazón. Sus discípulos en aquel tiempo caminaron literalmente con Jesús le vieron hacer milagros, prodigios y también tuvieron la oportunidad de ver al amigo experimentar su humanidad ya que fue cien por ciento hombre.
Su motivación para seguirlo era los panes y los peces o el amor. Era el beneficio de decir que eran amigo del mesías y tenían un lugar privilegiado a su lado o el motivo era que al estar compartiendo con el aprendieron a amarlo. Si fuera por los panes y los peces entonces cuando viniera la sobreabundancia o la escasez de panes y peces se enfriaría su ánimo, motivación hasta tal punto que lo abandonarían porque no estaban obteniendo los beneficios que humanamente deseaban.
Como le paso a Pedro que sí lo amaba, pero no más que a el mismo a la hora de la verdad cuando vio la humanidad de Jesús en su máximo esplendor que era apresado como cualquier mortal y que no hacia uso de su sobrenaturalidad para defenderse sintió miedo y lo abandonó. Aunque había prometido estar con él hasta el final y había tenido un momento heroico al cortar la oreja de uno de los soldados para defender a su líder. Pero Jesús conocía su corazón y sabía que había cosas que ordenar como el seguirlo de la forma correcta por amor y no por las añadiduras.
Hoy al preguntarme que me motiva a seguir a Jesús me doy cuenta de que es una pregunta que me tengo que hacer a diario porque dice la palabra en 1 corintios 10:12
“así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga”
Como le paso a Pedro creía estar firme y cayó a pesar de estar seguro de amar a Jesús cuando se vio en la encrucijada de su vida o la de Jesús prefirió su vida. Cada día debemos buscar a Jesús por el motivo correcto su amor. Porque todo lo otro vendrá por añadidura. Examina tu corazón y ordenarlo poniendo el amor de Jesús primero como el motivo de seguirlo.